Raquel Ochoa de Sáenz Valiente - "La misión del Voluntariado es un llamado de Dios al servicio"

En 1981, teniendo como modelo a María,
descubrió en Schoenstatt y en la Alianza de Amor el camino para
alcanzar la santidad a la que siempre aspiró. Entró por primera vez a un
Santuario de Schoenstatt en Florencio Varela en 1981 y la mirada de la
Mater cambió su vida para siempre. "Salí del Santuario y sabía que ya
nada sería igual. Quería llevar esa mirada al mundo", contaba Raquel al
recordar ese encuentro.
Hija de un médico, Raquel conocía las
necesidades espirituales de los enfermos en los hospitales. Animada por
el Padre Esteban Uriburu, el 8 de septiembre de 1982 fundó el Voluntariado de María del Movimiento Apostólico de Schoenstatt,
instrumento de la Divina Providencia. Su misión es asistir a los
enfermos en sus necesidades físicas y espirituales, brindándoles
consuelo y afecto en sus angustias y soledad, llevándoles paz, alegría y
esperanza para que puedan vivir en todo momento con la dignidad de
hijos de Dios.
Le preocupaba no sólo la atención del
enfermo sino también la formación espiritual de las voluntarias y
voluntarios de María. Tanto en los encuentros personales como ante
audiencias numerosas, irradiaba su certeza de que la misión del
Voluntariado es un llamado de Dios al servicio, para ser transparentes
del amor que Él nos tiene. Y así, como pequeñas Marías, establecer
vínculos fraternos en el Voluntariado, en el ambiente hospitalario y en
la Familia de Schoenstatt Convencida de la importancia de la Eucaristía
en la vida de fe, impulsó la Adoración Eucarística, entre otros lugares,
en la Catedral Metropolitana, formando la Comisión por la Unidad en
1990.
Convencida de la importancia de la
Eucaristía en la vida de fe, impulsó la Adoración Eucarística, entre
otros lugares, en la Catedral Metropolitana, formando la Comisión por la
Unidad en 1990.
Consciente del rol protagónico de la
mujer en la sociedad actual, proyectó y llevó a cabo, en unión con
diferentes organizaciones de la Iglesia, el primer Congreso de la Mujer
Católica en el año 2001. Como consecuencia de la gran repercusión que
tuvo, al año siguiente promovió la realización de un Congreso de mujeres
de fe monoteísta, donde se formó la Asociación, de la que era
presidenta.
Cuando le preguntaban cuál era su
próximo proyecto, Raquel, con sencillez y convicción, decía: "Quiero ir a
fundar el Voluntariado a Burundi", ante la sorpresa de quienes la
acompañaban.
El 12 de septiembre de 2005, día del Santísimo Nombre de María, regresó a la Casa del Padre.
Querida Raquel a 8 años de tu partida hacia la casa del padre te sigo recordando como un ser lleno de luz a quien tuve la bendicion de conocer. Adoracion al Santisimo , encuentro de mujeres donde transmitias y contagiabas tu vocacion de humildad y servicio y aquella tarde sobre Avda de Mayo donde al despedirte de ese breve encuentro callejero me dijiste, REZA POR MI.. hoy somos nosotros los que te pedimos como pais REZA POR NOSOTROS !!!!!
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