El Voluntariado de María del Movimiento de Schoenstatt de Argentina: Servir a los enfermos
La misión del Voluntariado de María del Movimiento de Schoenstatt de Argentina es asistir a los enfermos en sus necesidades físicas y espirituales, brindándoles consuelo y afecto en sus angustias y soledades, llevándoles paz, alegría y esperanza para que puedan vivir todos los momentos con la dignidad de hijos de Dios.
En la actualidad, más de 300 voluntarias
y voluntarios brindan su asistencia en unos 25 hospitales de Argentina,
habiendo visitado ya más de 1.800.000 enfermos.
Con aportes de personas e
instituciones, el Voluntariado de María ha construido y equipado la Sala
"Ave María" de Terapia Intensiva para enfermos con SIDA en el Hospital
Muñiz (Buenos Aires), así como la sala de espera para los familiares.
Esta es la primera sala en su género en Sudamérica. También se construyó
el Oratorio y la Capilla en dicho hospital, donde tantos enfermos y sus
familiares, como también el personal del hospital, encuentran un lugar
de paz y cobijamiento espiritual.

En 1999 colaboró con la Fundación Fuente Viva en la edificación del Hogar de María para madres y niños con SIDA.
A través de donaciones de distintas
instituciones y parroquias, se han entregado medicamentos, pañales,
alimentos, prendas de vestir, sábanas, toallas, artículos para la
higiene personal de los enfermos.
Un llamado de Dios al servicio, para ser transparentes del amor que Él nos tiene.

Raquel entró por primera vez a un
Santuario de Schoenstatt en Florencio Varela en 1981 y la mirada de la
Mater cambió su vida para siempre. "Salí del Santuario y sabía que ya
nada sería igual. Quería llevar esa mirada al mundo", contaba Raquel al
recordar ese encuentro. Teniendo siempre como modelo a María, descubrió
en Schoenstatt y en la Alianza de Amor el camino para alcanzar la
santidad a la que siempre aspiró.
A Raquel Sáenz Valiente le preocupaba no
sólo la atención del enfermo sino también la formación espiritual de
las voluntarias y voluntarios de María. En los encuentros personales
como ante grandes audiencias, irradiaba su certeza de que la misión del
Voluntariado es un llamado de Dios al servicio, para ser transparentes
del amor que Él nos tiene. Y así, como pequeñas Marías, establecer
vínculos fraternos en el Voluntariado, en el ambiente hospitalario y en
la familia de Schoenstatt. Cuando en 2005 le preguntaban cuál era su
próximo proyecto, Raquel, con sencillez y convicción, decía: "Quiero ir a
fundar el Voluntariado al Burundi".
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